PRINCIPIOS DEL DIALOGO ABIERTO
¿Te imaginas un enfoque en salud mental que reduzca drásticamente el uso de medicamentos y hospitalizaciones?
Julio Celada
4/23/20244 min read


Mi interés por conocer los fundamentos del “Diálogo Abierto” (DA) viene desde hace diez años aproximadamente, al encontrar consonancia entre este enfoque y los principios de inclusión, participación y empoderamiento del usuario de servicios que promueve la Organización Mundial de Salud (OMS). Su eficacia en el manejo de las crisis psicóticas de las personas afectadas por condiciones mentales severas, reduciendo en forma exitosa el uso de los fármacos neurolépticos y la hospitalización, está resultando relevante. Igualmente, su impacto positivo en los sistemas de salud y educación en Finlandia (Seikula, J. 2023), al propiciar el desarrollo de programas de prevención y educación en salud mental, alguno de cuyos principales efectos en los últimos 40 años fue la drástica reducción de las tasas de esquizofrenia.
El DA, es un enfoque que se adapta a las necesidades específicas de los usuarios, que sus equipos móviles de intervención actúan dentro de las 24 horas, que los terapeutas se desplazan a la casa de la persona en necesidad y organizan allí una red que moviliza todos los sistemas de apoyo. Desde las plataformas de formación de Expertos y Especialistas en Diálogo Abierto de la Universidad de Almería, bajo la dirección de Jaakko Seikula y su brillante plana docente internacional, va nuestro breve comentario sobre los 7 principios fundamentales del DA:
1.- Ayuda inmediata: Tener como norma, la atención a una persona en crisis en su propio domicilio y dentro de las 24 horas, es un logro que puede ser posible cuando las políticas públicas responden oportunamente a las necesidades humanas. La intervención precoz y la ayuda oportuna cuando un paciente se halla en crisis es un clamor en todos los países. Sin embargo, el descuido o postergación de la sociedad por la salud mental, las carencias presupuestales o una visión reduccionista, con frecuencia, las impiden.
2.- “Perspectiva de red social: La pandemia del Covid-19 ha demostrado la enorme precariedad de los servicios públicos de salud en diversas latitudes, así como la insuficiente participación de las comunidades en el cuidado de su propia salud. Pareciera que no tuviéramos presente que somos seres sociales y que nuestros sistemas de vida y de supervivencia, se han desarrollado en comunidad. Las parcelas aisladas de los grupos humanos y hasta segregadas unas de otras, fueron alentadas por las sociedades patriarcales y últimamente mercantilistas. Cuyo corolario, ha sido que la medicina occidental, desdibujó y quitó relevancia a la visión sabia de las comunidades. Para bien los renovados conceptos de salud mental en comunidad y la perspectiva de red social, acorde con las necesidades de cambio, son bienvenidos.
En esta visión democratizadora, podríamos agregar la necesidad de involucrar y entrenar a profesionales, técnicos y familiares de los usuarios de servicios de salud mental, además de las fuerzas vivas de las comunidades en acciones de salud, educación y prevención. Así como la necesidad de conformar equipos de trabajo para distintas acciones de salud mental.
3.-Flexibilidad y movilidad: El enfoque del DA, adapta la respuesta de tratamiento a las necesidades específicas y cambiantes. Indudablemente es un gran reto, poder iniciar una práctica terapéutica creativa y de participación en red que involucra a la familia y a la comunidad, frente a la costumbre arraigada y cómoda pero segregativa, de esperar al cliente en el cuarto de consulta o en el hospital. Felizmente, los profesionales que no solo saben de la psicopatología de su paciente, sino también su cultura y la idiosincrasia de su comunidad, además de estar entrenados para escuchar y trasmitir sosiego, también persuaden la movilización de su talentos y valores, de pacientes y otros miembros de su entorno, en círculos proactivos, que garantizan la flexibilidad y movilidad necesarias.
4.-Responsabilidad: “El terapeuta que contactó a la familia organiza la primera reunión y usualmente es quien está presente en las futuras reuniones de la red. Frente a la super especialización y cosificación del paciente que trajo consigo la medicina moderna, en cierto modo, me recuerda a los añorados médicos de familia, quienes conocían a la persona desde que nacían hasta que se hacían adultos, incluyendo a sus hijos e incluso a los nietos. Aquí, el trato cálido y casi familiar generaba mucha confianza y conocimiento de la persona y su entorno hace más rica su intervención, incluso como un profesional de la salud más que de la enfermedad. El modelo de DA, promueve que el profesional que hace el primer contacto con las personas en necesidad será el acompañante por tiempo indeterminado, a la vez que hará de coordinador ante los futuros invitados que las necesidades de tratamiento lo ameriten. Así, garantizará la seriedad del trabajo y seguimiento de los avances.
5.-Continuidad psicológica: El equipo o parte del equipo inicial es responsable por el tiempo del tratamiento tanto a nivel ambulatorio como hospitalario, posibilitando hacer un seguimiento objetivo del plan de tratamiento y de la evolución del caso. Ello, ayuda garantizar la eficacia del trabajo como el compromiso del paciente. Representantes de la red social participan incluso cuando se aplican otros métodos terapéuticos. Se reporta que el 65% de tratamiento se suspendieron al final del segundo año, dada la estabilidad de los clientes.
6.- Tolerancia a la incertidumbre: Se fortalece al construir un sentido de confianza para el proceso conjunto. El acompañamiento en red y las reuniones diarias, son valiosos soportes que ayudan atenuar el malestar y los niveles de estrés del paciente. Igualmente, las reuniones diarias, posibilitan a los terapeutas un mejor manejo de las eventualidades propias de una crisis, atenuando con ello la natural incertidumbre. También, ayuda evitar decisiones precipitadas y conclusiones prematuras sobre el tratamiento. Por tanto, será una excelente oportunidad para no verse tentado a usar los neurolépticos y más bien dar oportunidad a los encuentros dialógicos.
7.- Dialogismo: Desde la perspectiva del Constructivismo social, fundamento del DA, la psicosis sería una forma de lidiar con experiencias aterradoras en la propia vida que no tienen otro lenguaje que las alucinaciones, el DA, como herramienta terapéutica, busca promover el dialogo psicoterapéutico discutiendo los problemas para que el paciente adquiera competencias, fortalezca su lado adulto en lugar de centrarse en el comportamiento regresivo y surja un nuevo entendimiento.