TU TRANQUILIDAD, AYUDA
“Para mí, un cielo tranquilo es más inspirador que el rugido de las tormentas” (Anónimo)
Julio Celada
1/30/20243 min read
Tiene mérito el esfuerzo que hacen las familias por mantener la tranquilidad ante situaciones difíciles. Por ejemplo, ante los comportamientos insólitos asociados a un desorden mental en uno de sus miembros, especialmente en los periodos de crisis. Toda vez, que la tensión familiar puede acentuar el sufrimiento, negación, reproches mutuos, desconfianza en el tratamiento, e incluso la búsqueda de soluciones precipitadas.
-Evita la dictadura de los síntomas:
Una familia angustiada podría verse arrastrada y contaminada por los síntomas del paciente y sufrir igual. Por ejemplo: los padres, cuya hija deprimida se encierra en su cuarto y les amenaza con suicidarse si la obligan a salir, podrían contradecirse mutuamente y uno de ellos volverse sobre protector mientras que el otro se hace más exigente. Ella a su vez, podría atribuir su encierro al desacuerdo entre sus padres y las estrategias de manejo de la depresión, quedaría sin atención. En opinión de los expertos, es fundamental mantener o restaurar la tranquilidad en el seno familiar.
-Hay necesidad de desahogar y relajarse:
La familia, también puede buscar ayuda para sí misma. Puede desahogar los sentimientos de malestar y culpa al compartir con personas que conocen el tema (profesionales o quienes han superado situaciones similares). Igualmente, un mejor conocimiento del problema del ser querido, puede atenuar las preocupaciones innecesarias. También, los ejercicios de relajación física y emocional, ayudan. En consecuencia, los pasos dados le servirán para recuperar la tranquilidad y el sosiego, y con ellos una suficiente claridad mental para poder pensar mejor, organizarse, tomar decisiones y actuar con mayor eficacia.
-La tranquilidad fomenta seguridad y confianza:
La tranquilidad de los familiares suele inspirar seguridad y confianza en el ser querido. Es así que la desesperación debido a los ataques de pánico o el miedo intenso por oír voces amenazantes, aunque los siga percibiendo, podrá hacer esfuerzos para atenuarlos, gracias a la confianza de sentirse acompañado e incluso apoyado por personas tranquilas y seguras de sí mismas. Por otro lado, gracias a la serenidad y confianza, el familiar incrementará su capacidad de influencia y podrá ensayar un amplio bagaje de recursos que, entre otros, motiven al paciente envolverse en nuevas acciones proactivas, primero para perder miedo a los síntomas y luego a controlarlos. Por ejemplo: tendrá la autoridad para persuadir a que se tome las medicinas y tolere los efectos secundarios, que acepte los altibajos y recaídas como parte del proceso, y que salga con amigos para no aislarse. Así mismo, la familia puede ayudarle a desviar los síntomas delirantes del foco de atención. De lo contrario, la inseguridad reinante podría potenciar comportamientos negativos y recaídas.
-Sugerencias para recuperar la tranquilidad:
Los problemas de salud, obviamente producen malestar en la familia. Entendemos que no podemos ser indiferentes, sin embargo, aprender a manejarlos es de necesidad terapéutica y preventiva para hacer frente variadas situaciones. Además de poder recuperar o mantener la tranquilidad a través de algunos ejercicios (para desconectarse estratégicamente de la situación), la familia puede beneficiarse de los siguientes eventos:
•Los grupos de apoyo brindan confianza a sus miembros y un sentimiento de no estar solos. Por ello, resulta relevante sentirse escuchado y comprendido por otros que pasaron por lo mismo.
•Desahogarse permite alivio y sosiego, además de abrir nuevas vías para la esperanza y la acción. Por esta razón, es importante practicar la solidaridad en los grupos.
•Informarse suficientemente acerca del problema de salud y de los pasos en la recuperación, ayudan esclarecer las dudas y aportan tranquilidad. Es más, conociendo mejor el problema y de los recursos para su manejo, suele mejorar la motivación y el involucramiento de la familia en la solución del problema.
-Logros de la acción grupal :
•Compartir experiencias con otras familias que han pasado por lo mismo, es un interesante espacio para recuperar la tranquilidad y saber qué pasos dar. En las sesiones y en los pasillos se producen escenas sobrecogedoras entre las familias. Por ejemplo: las familias veteranas imbuidas de serenidad, y sobre todo, de seguridad en lo que dicen, transmiten a los nuevos tranquilidad, sosiego y esperanza. Se muestran solidarias y brindan apoyos oportunos. Por ello, las familias recién llegadas o resistentes al cambio terminan convenciéndose de que sí es posible salir adelante.
•Fortalecidas por los demás, las familias nuevas hacen esfuerzos por mostrarse tranquilos y sonreír. Estas expresiones emocionales, aunque forzadas al inicio, les permite ensayar gestos positivos a su ser querido, afectado por una condición mental. Es así que: la paciente al ver tranquilos a sus padres o pareja, aunque haya estado triste o enfadada, es altamente probable que se tranquilice. Estas conductas positivas, transformadas en pequeñas metas de trabajo, hacen que la familia esforzándose por disimular su preocupación e inseguridad, no solo consigan tranquilizar a su paciente, sino también ellos mismos empiezan a sentirlo de veras.
•El mayor y eficiente elemento tranquilizador, cual señal gratificante para las enormes expectativas de la familia, después de un periodo de estabilización y recuperación del paciente, es poder apreciar objetivamente las evidentes señales de mejoría y recuperación.
Dr. Julio Celada González, California, USA. 2021